‘The Brutalist’: La Épica Odisea Arquitectónica de Brady Corbet protagonizada por Adrien Brody

21 abril 2025 1:20 AM EDT
The Brutalist
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«The Brutalist», la monumental obra cinematográfica dirigida por Brady Corbet, es una película que se distingue por su estética, su narrativa y sus propuestas estéticas. Una producción de A24 que ha vuelto a conquistar los Premios de la Academia y vuelve a colocar a esta productora en lo más alto: una película arriesgada, original desde sus títulos de crédito y llena de fuerza en su temática y en su estética.

Protagonizada por un Adrien Brody en estado de gracia, la película narra la compleja odisea de László Tóth, un arquitecto húngaro-judío que sobrevive al Holocausto para enfrentarse a las luces y sombras del sueño americano en la posguerra. Con una duración que supera las tres horas y media y una narrativa que abarca décadas, esta épica producción cautivó a la crítica desde su estreno en el Festival de Venecia, donde Corbet obtuvo el León de Plata al Mejor Director, y culminó su recorrido triunfal cosechando prestigiosos galardones, incluyendo múltiples Globos de Oro, premios BAFTA y tres Premios Oscar, entre ellos el de Mejor Actor para Brody. Su singular estilo visual, marcado por el uso del formato VistaVision, y la profundidad de sus temas –la experiencia inmigrante, la relación entre arte y mecenazgo, el peso del trauma– la consolidan como una pieza esencial del cine contemporáneo.

Un Viaje Épico Tras la Guerra: Sinopsis

La trama de «The Brutalist» sigue a László Tóth (Adrien Brody), un arquitecto visionario de origen húngaro y judío, formado en la Bauhaus y superviviente del campo de concentración de Buchenwald. Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947, emigra a Estados Unidos buscando reconstruir su vida, su legado profesional y reunirse con su esposa Erzsébet (Felicity Jones), periodista y también superviviente del Holocausto (Dachau), y su sobrina huérfana, Zsófia (Raffey Cassidy), quienes inicialmente permanecen atrapadas en Europa.

Su llegada a Filadelfia está marcada por la lucha y la dificultad. Enfrenta las presiones de asimilación por parte de su primo Attila (Alessandro Nivola), sufre fracasos iniciales que lo llevan a la precariedad e incluso a la adicción a la heroína. Sin embargo, su destino cambia drásticamente cuando el enigmático y acaudalado industrial Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) reconoce su extraordinario talento y le encarga un proyecto monumental: la creación del Instituto Van Buren, un ambicioso centro comunitario. Como advierte ominosamente la película, «amasar poder y forjarse un legado tiene su precio».

The Brutalist
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Los personajes

László Tóth (Adrien Brody): El protagonista es un crisol de genialidad, trauma, ambición y defectos. La propia herencia húngara y judía de Brody aporta una capa adicional de autenticidad a una interpretación que ha sido universalmente aclamada y premiada.

Erzsébet Tóth (Felicity Jones): La esposa de László no es una figura pasiva. Como periodista y superviviente, posee una aguda percepción y actúa como brújula moral, mostrando desde el principio su recelo hacia Van Buren. Su propia trayectoria y perspectiva son fundamentales para la narrativa.

Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce): El mecenas millonario es una figura fascinante y ambigua. La relación que establece con László es el eje sobre el que pivota gran parte del drama, oscilando entre la mentoría, la explotación y una tensión subyacente que algunos intérpretes sugieren podría tener connotaciones románticas. La actuación de Pearce también le valió importantes nominaciones.

Elenco Secundario: Figuras como Harry Lee Van Buren (Joe Alwyn), el presuntuoso hijo de Harrison; Zsófia (Raffey Cassidy), la sobrina muda por el trauma; Gordon (Isaach De Bankolé), amigo y compañero de fatigas de László; Attila (Alessandro Nivola), el primo asimilado; y Maggie Van Buren (Stacy Martin), entre otros, completan un tapiz humano rico y complejo.

Bajo la ambiciosa dirección de Brady Corbet, «The Brutalist» se define como un drama épico de época, cuya narrativa se extiende a lo largo de varias décadas, desde 1947 hasta los años 80. Su considerable metraje, cifrado en 3 horas y 36 minutos (215-216 minutos), a menudo presentado con un intermedio de 15 minutos en las proyecciones cinematográficas, subraya su escala monumental.

La Construcción de un Monumento: Producción y Estilo Visual

El camino para llevar «The Brutalist» a la pantalla fue tan arduo y prolongado como la propia historia que narra. El proyecto abarcó siete años desde su concepción y escritura hasta su estreno. Los planes iniciales contemplaban rodar en Polonia en 2021, pero una serie de obstáculos, incluyendo la pandemia de COVID-19, problemas de financiación y circunstancias personales del elenco como el embarazo de Felicity Jones, provocaron múltiples retrasos y cambios en el reparto original. La determinación «implacable» de Corbet, como él mismo la describe, fue clave para superar estas adversidades.

Resulta especialmente notable la realización de una película de esta magnitud –con su ambición épica, detalles de época, temas complejos y la elección del inusual formato VistaVision– con un presupuesto neto notablemente bajo, estimado en menos de 10 millones de dólares.

El rodaje principal finalmente comenzó el 16 de marzo de 2023 en Budapest, Hungría. La elección de Hungría se debió a una combinación de factores prácticos (créditos fiscales, laboratorios cinematográficos) y la familiaridad previa de Corbet con el país. Budapest y sus alrededores sirvieron para recrear la Filadelfia y la Pensilvania rural de los años 50. La producción también se trasladó a Carrara, Italia, para filmar en las icónicas canteras de mármol, una decisión que Corbet defendió ante los financieros por su importancia temática, vinculada a la idea de posesión y al alcance del capitalismo incluso sobre los materiales naturales. El rodaje concluyó el 5 de mayo de 2023, dando paso a una extensa fase de postproducción de casi veinte meses. Durante este periodo surgió una controversia menor sobre el uso de inteligencia artificial, aclarada posteriormente como el uso de la tecnología Respeecher para refinar la precisión de ciertos acentos en el diálogo.

Una de las decisiones más definitorias y audaces de la producción fue rodar gran parte de la película en VistaVision, un formato de 35mm de alta resolución que utiliza 8 perforaciones por fotograma y desplaza la película horizontalmente. El director de fotografía Lol Crawley y Corbet optaron por este formato, en desuso desde los años 60, por varias razones interconectadas. Buscaban una calidad «de archivo», una sensación del pasado que evocara la época retratada (décadas de 1950 a 1980). Además, el amplio campo de visión del VistaVision permitía capturar la grandiosidad de la arquitectura brutalista minimizando la distorsión óptica habitual en lentes angulares de formatos más pequeños. Era también un homenaje al cine de los años 50, incluyendo melodramas e influencias hitchcockianas, y estaba pensado para una experiencia inmersiva en proyecciones de 70mm.

Sin embargo, la apuesta por VistaVision implicó enormes desafíos técnicos y logísticos. Quedan muy pocas cámaras funcionales en el mundo, son extremadamente pesadas y voluminosas, y requieren técnicos especializados. La postproducción fue igualmente compleja, exigiendo escaneos a 6K y generando una ingente cantidad de datos (700TB). Corbet llegó a sacrificar días de rodaje para poder permitirse este formato. Esta insistencia en una tecnología obsoleta y difícil de manejar, a pesar de las restricciones presupuestarias, demuestra una profunda coherencia artística. No fue un capricho nostálgico, sino una elección fundamental ligada a los temas de la película (autenticidad de época, escala arquitectónica) y a la experiencia cinematográfica deseada (proyección en 70mm).

Cabe señalar que también se utilizaron otros formatos como 35mm estándar, 16mm para ciertas texturas, Betacam digital para el epílogo y una toma aislada con cámara Alexa. Las influencias visuales citadas incluyen la fotografía de Saul Leiter y la pintura de Andrew Wyeth y Edward Hopper.

El diseño de producción de Judy Becker fue crucial para recrear el mundo de la película, construyendo maquetas y sets en Hungría. El vestuario de Kate Forbes y la premiada banda sonora de Daniel Blumberg complementaron la visión estética, junto al montaje de Dávid Jancsó.

La película fue una coproducción entre Estados Unidos, Reino Unido y Hungría, con la participación de productoras como Brookstreet Pictures, Kaplan Morrison, Andrew Lauren Productions e Intake Films. La distribución corrió a cargo de A24 en Estados Unidos y Universal Pictures / Focus Features a nivel internacional.

Del Festival de Venecia a los Oscar: Recepción Crítica y Premios

El estreno mundial de «The Brutalist» tuvo lugar en la competición oficial del 81º Festival Internacional de Cine de Venecia el 1 de septiembre de 2024. La película generó un impacto inmediato, recibiendo una ovación de pie (reportada de hasta 12 minutos) y alzándose con el prestigioso León de Plata a la Mejor Dirección para Brady Corbet. También fue proyectada en otros certámenes como la SEMINCI de Valladolid.

La temporada de premios confirmó el estatus de «The Brutalist» como un peso pesado. Su recorrido fue impresionante:

  • Premios Oscar (97ª edición): Logró 10 nominaciones, empatando como la segunda película más nominada del año. Ganó 3 premios: Mejor Actor (Adrien Brody), Mejor Fotografía (Lol Crawley) y Mejor Banda Sonora Original (Daniel Blumberg). Fue nominada además a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (Guy Pearce), Mejor Actriz de Reparto (Felicity Jones), Mejor Guion Original, Mejor Montaje y Mejor Diseño de Producción.
  • Globos de Oro (82ª edición): Obtuvo 7 nominaciones y ganó 3 de las categorías principales: Mejor Película Dramática, Mejor Director y Mejor Actor Dramático (Brody).
  • Premios BAFTA: Acumuló múltiples nominaciones y victorias clave, incluyendo Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Fotografía y Mejor Banda Sonora Original.
  • Otros Reconocimientos: Fue incluida en el Top 10 de Películas del Año del American Film Institute (AFI), recibió 9 nominaciones en los Critics’ Choice Awards (ganando Mejor Actor para Brody), y acumuló numerosos premios de asociaciones de críticos de cine.

Nuestra opinión

Una doble reflexión y un recordatorio: esta película costó 10 millones de dólares y, sin embargo, tiene una dimensión épica y una ambición estética sin igual: está llena de matices, de grandes decorados y tiene una enorme fuerza a nivel visual: un resultado que casi nadie logra, ni siquiera con presupuestos que superan los 100 millones.

Esta película es todo un hito en ese sentido, y demuestra que, con inteligencia y creatividad, casi todo es posible.

Decir que “The Brutalist” es buena se queda corto: es brillante en casi todo, sobre todo a nivel estético. Además, tiene personajes llenos de historia, interesantes, dramáticos y, además, narrativamente complejos, reales y bien trazados.

La película no ofrece respuestas fáciles. Explora las complejidades del trauma histórico, la ambigüedad moral del éxito, la tensa relación entre el arte y el poder, y la dolorosa búsqueda de identidad y pertenencia del inmigrante. Su conexión con la arquitectura brutalista, más metafórica que literal, añade una capa de significado que invita a la reflexión sobre cómo los espacios que construimos reflejan nuestras psicologías individuales y colectivas.

“The Brutalist” es esa clase de película que algunos llaman pretenciosa y que, contrariamente a su opinión, en esta revista nos encanta.

Recomdandísima.

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