«La vorágine» es una serie surcoreana creada por Kim Yong-Wan y protagonizada por Sol Kyung-gu y Kim Hee-ae.
“La vorágine” es un thriller político lleno de ritmo que, por ritmo y montaje, está contado más como una película de espías que como un thriller político al uso: lleno de rimo, de altibajos y de tensión al máximo.
Una serie que sabe parovechar todos los recursos narrativos del cine para hacer de una intriga político algo que resulta entretenidísimo y lleno de ritmo.
Interesantísima en otra producción de primer orden que nos llega, otra vez, desde Corea.
Desde la huelga de actores, desde la crisis de Hollywood, parece que las grandes producciones que entretienen ya no llegan desde el mismo lugar.
Argumento de “La vorágine”
En la Casa Azul (sede del gobierno central en Corea), el Presidente espera su detención, acusado de aceptar sobornos de una empresa de criptomonedas a cambio de inmunidad fiscal.
La serie comienza con intento de asesinato: el Primer Ministro envenena al Presidente de Corea, pero el intento de asesinato no llega a consumarse.
Traiciones, asesinatos, corrupción, grandes corporaciones… por si pensabais que todo en Corea está limpio de corrupción, descubriréis que la política, miréis dónde miréis, es un mundo corrupto, sucio y de personas sin escrúpulos que se traicionan unos a otros.
Y aquel que llega a la cima es, por definición y obligación, el más traidor entre los traidores.
“La vorágine”: una crítica política de primer nivel
Si conocen la historia de los “chaebols” (las grandes corporaciones coreanas nacidas gracias al amparo político), sabrán que tienen gran poder en el país asiático, y que últimamente tienen gran poder político gracias al enorme poder económico que han logrado.
“La vorágine” parte de esta realidad y nos lleva a una entretenidísima ficción que, además de estar fundada en la realidad, se puede extrapolar a la gran mayoría de las democracias y llegar a una conclusión ya casi universal: desde los tiempos más remotos y sea en en Asia, en la Roma Imperial o donde quiera que miren… la política es un arte sucio, malvado, cruel y sólo apto para personas malas, muy malas.
“La vorágine” es una serie que nos da un retrato cruel de estas personas: tiene intención de realismo, pero nunca olvida que es, en el fondo, una serie de televisión, y que lo más importante es entretener al público.
Tiene un ritmo frenético, intrigas por doquier y acusaciones al más alto nivel. Los personajes son, miren donde miren, malos o muy malos, y los productores no ofrecen un ápice de piedad por los políticos.
Y es que parece que no tienen muy buena fama, y esto ya es a nivel mundial.
Nuestra opinión
Otra producción coreana de primer nivel. Ya no son sólo las series apocalípticas ni los juegos macabros, ahora desde Corea llegan intrigas políticas con una producción maravillosa, un guion esmeradísimo y que resultan entretenidísimas, críticas y muy atractivas al público.
Diríamos que Hollywood debería tomar nota, pero puede que el tiempo ya haya pasado para ellos visto la calidad de estas producciones que llegan desde Asia.